EDICIONES ORLANDO

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UNA EDITORIAL DIFERENTE

miércoles, 1 de febrero de 2017

Antología Mujeres al fin del mundo -Voz poética de la mujer en Chile 1980-2016

PREFACIO

Quizás no habría momento más propicio que este, cuando renacen las escaras del soslayo de la mujer a la saga de un mundo de revigorizada misoginia para sacar a la luz la fuerza y diversidad de las voces de las Mujeres al Fin del Mundo contenidas en esta antología. En el umbral de la segunda década del siglo XXI DC, la mala hierba del desplazamiento, el maltrato y la violencia contra las mujeres renace contra todo pronóstico, pues la degradación femenina se había dado por muerta tras el nacimiento del nuevo milenio: augurio de terrenos fértiles para la igualdad de oportunidades, la elevación de la conciencia y la apuesta por un mundo desembarazado de prejuicios castradores del progreso en todo ámbito.

Chile es la zona más austral del planeta, su epíteto: El Fin del Mundo; cuya geografía es tan diversa como larga su extensión, se encuentra calcado en las voces de las poetas chilenas: alternas, distintas como los paisajes xerófilos del norte y verdes, frescos del sur. Las obras de estas escritoras congregadas en este volumen están conformada por portavoces tan diferentes entre sí que llegan a ser antagónicos, confiriéndole al conjunto la calidad magistral de ser una verdadera antología, pues en su selección no se dejó nada pendiente ni al azar; logra contener el caleidoscopio completo de ángulos desde los cuales la mujer mira al mundo y se detiene – o camina, corre- a autoconcebirse – o desmembrarse-. Así, en la lectura se puede disfrutar, por ejemplo, de un poema amoroso con hablante masculino que trae consigo un perfume de Xarcha - pero a la inversa porque en el poema mozárabe la condición de hombre del autor era sustituida por un portavoz femenino- :

“Muchacha desnuda, tañedora de espejismos,
 Portas en tus caderas jarras del agua más alegre,
 Mi sed, un hilo infinito siguiendo tu cadencia.”
De Hisfahan  en  la  siesta del Sha Abbas  de la poeta santiaguina Wilma Borchers Carrasco.
El lenguaje enardecido, descarnado, en contraste a la voz delicada, tenue, comedida:
“Chupándomelo ansiosa de mis agri dulces
Estoy deliciosa, me saboreo
Me gusto
Chupándomelo como cuando niña
Me gusta mi hiel
Me gusta mi pulpa
Y como antes de nacida
Pujando
En gesto fetal
Al fin   Casi muerta  / Me acabo Compañeras.”
Del poema Naciendo-Venciendo de Rosa Elena Sáez, ciudad de Concepción.

“Perra solitaria
mente aullando (le)  a la luna
perra más que menos perra
perra vieja que fue perra del
Presidente del Club de Perros:
            zurció calcetines
            preparó la sopa
            bailó metalera bajo
            el párpado estrellado
            el perro pasó a ser presidente
            de todos los clubes
            de la perra nunca más se supo”
Fragmento del poema Maldita Perra de Maha Vial.
Un ángel la llenó de lluvia
cuando el diablo osaba pintar margaritas rojas
en orden asimétrico de cenizas.
Hay una sombra que me tomó de la mano
y puso alas largas a mi espalda, cuando yo dormía.
Ya no me asfixio de tanta ausencia
tampoco suspiro sosteniendo el nombre de mis padres.”
De Una Sombra Distinta. Rossana Arellano.
“Allí, entre manos,
los pájaros nos han concedido sus secretos
y la voz de nuestra imparable lectura
nos regaló más de una forma de aprender.”
De A Dos Voces de Consuelo Martínez Astorga.

Lo religioso como objeto lírico es un tema coyuntural en virtud de manifestarse como una cadena impuesta que hay que romper o como una búsqueda, un anhelo:
“Tendría que haber alguna misa en que enanos
y prostitutas se congreguen para orar
por sus muertos, por sus sueños.

Los enanos bailarían sobre las teclas del órgano,
y harían piruetas en columnas y confesionarios.

Las manos delirantes de las prostitutas
lanzarían sus entrañas al campanario
donde siempre hubo esperma de cirios.”
Del poema Misa de Astrid Fugellie Gezan.

“Hazme de adirondack
sino, no nazco
insúflame un alma en el mástil
para que Dios ponga oído al canto
de esta que irá con lengua
para muchos, de cuchillo
de gasa para contados.”
Del poema Adirondack de Mío Araujo.

La desigualdad social expresada por Karina Albadiz:
“Los sábados veníamos
a Las Salinas, era una playa top para nosotros hijos del cerro arriba
para llegar eran dos micros, lo seguro era que no veríamos
a nadie de la población y sin embargo era tan familiar.
Un paisaje literario.”
Sábado. Karina Albadiz.

La introspección de la mujer desde la problematización de su rol, de la multiplicidad de papeles que le corresponde ejercer para atender las expectativas externas por encima de la necesidad de ser una persona con identidad única en la poesía de Ingrid Odgers:

“Ya he sido una potencia, una raíz cuadrada, una ecuación compleja y a la vez un modificador de acceso tanto public, private, static y default...y ahora ¿qué soy?
¿Dios mío qué soy? ” – Epígrafe de ¿Qué parte Soy?”-


Temas como el femicidio, la violación, el tratamiento de la sexualidad y del acto sexual en sí,  el problema del aborto, el maltrato contra la mujer, el machismo, la rebeldía contra la territorialidad y el nacionalismo exacerbado. Asimismo, se trabaja la transculturización, la emigración, la identidad nacional. Tales referentes son abordados en estructuras líricas versadas y prosaicas con estilos variados que van desde las formas más convencionales del registro lexical, hasta la inclusión de neologismos y regionalismos.

Es notorio que los ojos de un poeta son los ojos del mundo porque, como bien dijo Rimbaud en alguna ocasión de su existencia: El poeta es un visionario y un testigo de su tiempo. Con esto, queda claro que desde el lugar más remoto del mundo, los problemas son los mismos que en todas partes.

Mío Araujo.


Santiago, Diciembre de 2016



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