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EDICIONES ORLANDO
jueves, 17 de noviembre de 2022
domingo, 13 de noviembre de 2022
PRESENTACION NOVELA EL AGOBIO DE INGRID ODGERS POR SUSANNA PALLAVICINI
PRESENTACIÓN NOVELA
EL AGOBIO
La caída del búho
El sol es la única semilla
Vivo la realidad
Duermo en la realidad
Muero en la realidad
Yo soy la realidad
Tú eres la realidad
Pero el sol es la única semilla. Gonzalo
Rojas Pizarro
Revisar notas,
ordenar recuerdos, recibir la visita de una inesperada bola con riesgos
ignorados, ese es el tono de herida que Ingrid dio a su propio lenguaje.
Nos lleva a un
paisaje real en pasajes lúcidos de lo que cotidianamente una mujer vive en este
país, con los dolores del menoscabo. Humillación, dolencias, como la autora lo
narra desde su primer capítulo:
120 días, más de
mil curaciones.
La diferencia
entre los cuentos de Bocaccio en la peste Venecia que ayudó a transformar la
literatura de la época a la expresada hoy en El agobio, escrito en pandemia
también nos manifiesta la presencia de un cambio en la evolución de la
literatura femenina.
El paradigma de la
muerte de ese irremediable sentir a la pérdida de Ximena, los pasos no existidos
de esa inmortalidad. La autora nos recuerda “como un péndulo que ondea sobre la
realidad y la ficción en el enlace entre dos muros citando a Juan Rulfo, encarnando
su dolor en la pérdida de un destino que nunca queremos esperar, y que en cada
uno de nosotros vive en la realidad, ese es el destino que Ingrid escribe en el
nombre de Ximena, llegan miles de momentos a describir la realidad más fuerte y
profunda en la gangrena en el desbordamiento casi irreal de los sentimientos
que le tocó vivir.
Ximena es la
vivencia más pura del amor que hoy sin importar el género se ve aun pisoteada,
menguada en las metáforas que aun cultivan las tierras de muchas mujeres en ese
dolor golpeado por la esclavitud del amor sin norma y sin ley, es una reflexión
frente a ese amor, un análisis que la autora en todas las aristas ambivalentes
del viaje del ser humano tratando de buscar la forma de transformar el alma de
cada una de las mujeres que lea esta novela en la sabiduría del lápiz de Ingrid
y la expertiz de sus palabras logran
transformar la sinfonía de nuestra propia pandemia, el confinamiento que hemos
vivido a través de El Agobio, nos
enseña que hay otra forma de muerte, en los absurdos de los dolores que se
encadenan y van sumando lecciones de vida tan perfectamente expresadas por la
autora con una hondura real, como escritos que van más allá de la sabiduría
entendida en el simple reflexionar del
pan. Finalmente, manifiesto que esta narración nos permite vislumbrar la luz,
seguir luchando con dignidad al amparo de la mano de Dios. La autora lo expresa
en palabras honestas, claras que desde sus inicios me cautivó en mi huella de
perenne lectora para entrar a un mundo de una profunda y clara realidad. Para
finalizar solo me resta como Dante decir:
ES UNA ESTRELLA.
Susanna Pallavicini R.
lunes, 7 de noviembre de 2022
PRESENTACIÓN NOVELA EL AGOBIO DE INGRID ODGERS EN CASA GONZALO ROJAS DE CHILLÁN -PRESENTA SUSANNA PALLAVICINI
sábado, 27 de agosto de 2022
miércoles, 18 de mayo de 2022
PRÓLOGO DE LA NOVELA EL AGOBIO DE INGRID ODGERS- CONCEPCIÓN DE CHILE
La
puerta esperanzadora del dolor
“Creo en mi corazón
el que yo exprimo para teñir
el lienzo
de la vida…”.
Credo. Gabriela Mistral
Quisiera aquietar las
aguas de las tormentas de este siglo con tantos sonidos, detener el tiempo,
esos tiempos que, en estas páginas gracias a esta gran escritora, poeta,
ensayista y editora, podemos dilucidar.
La gran poeta italiana
Alda Merini nos recuerda - “… no tengo miedo de haber inventado esta mujer, no
quiero que sea mi calamidad. Por esto le doy la espalda. Pero no puedo hacer
menos que encontrarla…”
Y es en esta novela de característica
absolutamente realista llevada de la mano verdadera y profunda de Odgers un juicio testimonial de la vida de una mujer
que en la templanza de cada ventana abierta vive la realidad más clara de su
propia existencia : por una parte en el lugar donde ella a temprana edad vislumbra
ese norte de su claridad sexual despertando el ser que no es distinto ni menos diáfano
de lo que cada mujer vivimos, es solo esa diferencia de amor muchas veces mal percibida
por esta sociedad envuelta en el anfiteatro
romano de las máscaras juzgadoras, esa
bestia saliendo a la arena sin comprender la diversidad del poder fuerte en
uniones de espíritus, en el vínculo universal de almas más allá de los
discursos académicos, es la poesía encarnada en la vida de cada ser es la
estrofa de las metáforas que nos llaman a servir en distintas opciones
enaltecedora de quienes tienen una profunda libertad de espíritu y amor, sobre todo de amor, ese amor que traspasa los límites de
la palabra para ser y vivir en el alma de quien amamos danzando en las
liras de nuestras propias rimas. Amor que en esta novela tiene nombre, figura y
la realidad más sublime, noción y vivencia de lo que es el don más preciado, El
Amor, simple palabra tan mal usada y tan llena de vida cuando quienes hemos
experimentado la verdadera y profunda dimensión en el ser amado; un querubín en
la cita de todo enamorado. Navegamos así por el hermoso timón de estas raudas
letras, recibiendo notablemente en su conjunto cultural, el tiempo de
experiencias tan esenciales llenando el vaso de agua de lo que somos y regamos
en este confinamiento donde se ha dibujado la existencia humana en sus diversos
momentos, con los matices más dispares, pero aun en su realidad tan dura y
fuerte cruzan los limites experimentales
de todos los pinceles tónicos en que de
alguna manera hemos ido trazando en este gran cuadro pandémico.
Ingrid Odgers nos lleva a las cavernas escondidas de un tiempo vivido con la
mayor claridad y vehemencia. Un relato de una profunda oralidad sumergiéndonos
desde un vaso de whisky a la tristeza de ese adiós de Ximena, ese camino transitado
donde hemos dejado cada uno de nosotros el dolor de las huellas en el gran
misterio de la muerte, desgarro que solo pudo ser narrado hoy en la voz de este
hablante lirico, pues en un lenguaje nuestro nos configura las notas de un
puzzle vivido por una mujer en la lucha de su identidad esa fuerza que nos
convoca en la lectura de todas sus verdades.
Quisiera recordar los cuentos de Bocaccio en
la época de la peste de Venecia como fueron capaces ellos de dar vida a relatos
que nos acompañan hasta hoy. Pero Ingrid
va más allá, nos tira de ese timón desnudo por el mar donde cada uno de
nosotros hemos navegado en este tiempo tan absurdo y cruel llamado Pandemia.
Nos relata la vida en sus distintas formas, pecados, dolores, enfermedades, un
diseño en acuarelas casi translucidas de lo que cada uno en este país tan largo
y a veces amargo somos capaces de plasmar. No debo dejar de mencionar la gran
admiración de la autora por la poetisa Gabriela Mistral recordando estos
versos… - “Donde haya un árbol / que plantar, plántalo tú. / Donde haya un
error que / enmendar, enmiéndalo tú/
Donde haya un esfuerzo que/ todos esquivan, hazlo tú. / Sé tú el que aparta/ la
piedra del camino” … - En estas páginas nos sorprende la escritora hablando en
primera persona de todos los momentos oscuros de la vida y como galopando por
estos versos Mistralianos descubrimos la entereza de todas las mujeres capaces
de sobrevivir y transformar nuestro universo con la profundidad de una vasija
plagada de temblores que nacen de todas las miradas, ella logra llevar el agua
que vierte vida.
Una mujer escritora,
fuerte y vulnerable como un puñado de lo que somos todas en este mundo, una
mujer que es capaz de ser insolente, pero honesta. Gabriela Mistral nos
despierta siempre en sus escritos esta misma luz, el camino donde desde el alba
se deben derribar los ingratos muros de la verdad de una sociedad como la
nuestra, donde las renuncias son muchas veces las alas de una profunda soledad.
Pero ella Ingrid Odgers lucha para ver y ser testimonio de lo que hoy cada
madre, hermana, hija, amante, amiga entrega a los suyos en los diáfanos encuentros
de este relato.
Estas páginas están
llenas de humanidad, fortaleza y la fuerza eterna de la valentía. El escritor
español Luis García Montero nos recuerda: - conciencia de las herencias -; y en
esta novela de modo sorprendente guía nuestra mirada ante la mayor verdad de la
poesía y la prosa vivida en todo su legado, dejando una ventana abierta a lo
que como sociedades universales hemos vivido. El desgarro del amor enfrentado a la
profundidad de la fe a la elocuencia de la mirada más allá de todas las
verdades, al poder que ejerce el destino frente a la pérdida de un hijo, porque
en su gran empatía de mujer nos vemos en el espejo de su sabiduría. Es la vida
en todos sus efímeros y reales momento, es el camino que cada héroe persistente
debe andar, es la montaña oscura en cada uno de nosotros debe ser rayo
iluminador con la fuerza de las espadas que devuelven la vida en pensamiento y
amor. Así son estos desafiantes relatos,
no son viento de soplo, son espuma que no cambia su razón.
Solo resta recordar las
palabras introductorias anunciadas por el poeta: - En el medio del camino de la
vida, me encontré en una selva salvaje oscura… - en estos relatos somos capaces
de salir del infierno de Dante y dejar que la escritora nos hable: …- Solo una
lección, vivir el presente y vivirlo en paz, supongo que es la obediencia que
el destino exige” …
Nos enaltece al
descubrir el llamado de ser luz cada día sabiendo que aquí entre los bosques y
el río podemos decir que el destino con una autora de este tamaño tiene solo
una estrella de fin.
Susanna
Pallavicini
Escritora
-editora
PRÓLOGO DEL LIBRO EL LUGAR DE LAS PIEDRAS ARDIENTES DE ANDRÉS CASTILLO -CORONEL CHILE
EL
LUGAR DE LAS PIEDRAS ARDIENTES
ANDRES
CASTILLO
EDICIONES
ORLANDO 2022
PRÓLOGO
Por
Ingrid Odgers Toloza
La
narración es capital entre todas las formas de arte verbales porque constituye
el
fundamento
de tantas otras, a menudo incluso más abstractas.
Walter Ong
El libro tiene un protagonista
principal, Iranio y el escenario primero es un pueblo llamado Tulahuén [1]. De
la pluma del escritor recorremos los yacimientos de Ausonia, Pampa Unión, una
salitrera que existía al noreste de Antofagasta. Conoceremos al padre de
Iranio, llamado Federico, que es hijo de madre irlandesa, la madre de Iranio
era diaguita. Presenciamos la realidad de un pueblo campesino y pobre, donde la
miseria se incrementó durante la primera guerra mundial, al poco tiempo los
alemanes concibieron el salitre sintético para fabricar pólvora, cuando este
mercado se globalizó, el comercio del salitre natural sucumbió. Pampa Unión
había comenzado a cerrar todas sus operaciones salitreras. Todo acontece a
inicios del siglo XX, la época del Charleston. Iranio crece en la miseria y con
el apoyo de un sacerdote logra educarse y llegar a Superintendente de Minas más
tarde en la mina de carbón de Schwager, en Coronel, pero su infancia y
adolescencia se desenvuelve entre la pobreza, la falta total de afecto, la
violencia del entorno y el duro trabajo en las salitreras y luego en el carbón.
Es este un libro escrito con
claridad, un libro que ilumina, que abre puertas y a su vez senderos, es
posible salir de la pobreza con un estoicismo casi heroico, una serenidad que
nos deja perplejos, un trabajo duro, extenuante, y un deseo firme: trabajar,
trabajar, porque se es el sustento de la familia. No hay amor más grande que
este, lo refleja Andrés Castillo en su relato, a través del protagonista, tan
nítido como potente y esta percepción estremece fuertemente, y esta lucha se
adhiere al ser interior con la intensidad del relato, es imposible no
conmoverse.
Todos sabemos que la narración
contiene dos grandes niveles de desarrollo [2], el de los hechos (que
interiorizamos en referencia a los temas que circulan histórica y
cotidianamente) [3] y, el nivel de subjetividad.
Entonces se puede afirmar que
la acción de narrar algo, contar algo en forma escrita es inherente al ser
humano, es propio de hombres y mujeres y cada narración o escrito nace de lo
cotidiano, de las vivencias del escritor en sus propias interpretaciones según
como perciba o dilucide el objeto de su narración.
Precisamos que la narración es
ejercida tanto por el que cuenta como por el que la recibe, de esta forma se
transforma en una serie narrativa que trasciende tiempos, muda lo banal,
redibuja lo cotidiano, en definitiva, resignifica aquello que se mantiene en el
tiempo en la memoria, en la voz de las microhistorias humanas ofreciendo
sentidos dentro de lo inesperado. La
dura cotidianeidad el autor la refleja plenamente y conocer esta historia no
puede dejarnos indiferentes.
Creo haberlo dicho
anteriormente, respecto a la relevancia de las obras de Castillo Aguilera,
registran el patrimonio cultural inmaterial de la zona del carbón, cuando
decimos esto nos referimos a la producción humana misma, a la forma en que se
expresan individuos y se relacionan dentro de las sociedades, o a cómo los
grupos humanos se diferencian de otros. No creo que exista otro autor, en este
siglo XXI, que haya dejado impreso este rescate inmaterial del trabajo minero,
de la realidad cruda y verdadera con tanta visión, estudio y pasión para dejar
a las nuevas generaciones el legado, el tesoro de la memoria de un pueblo
esforzado, valiente y diligente en su trabajo diario, donde tantos hombres
forjaron su carácter y supieron salir adelante con el mismo empuje, la misma
fuerza con la que realizaban sus labores.
Esperamos que este libro pueda
llegar a la gran mayoría de chilenos y chilenas, como un valioso aporte a
nuestro patrimonio cultural.
Fragmento.
El pájaro chucao comenzó a
tronar en el bosque, canto, que sólo se le oía a intervalos, lejos del hábitat
del hombre. Era un canto sorprendente que Iranio no había escuchado nunca, pero
le atraía. Un canto profundo y
primitivo. Largo rato se quedó en vano intentando ver desde dónde provenía; de
entre los árboles o de los arbustos; y como no lo logró se sentó resignado en
un tronco escuchando el extraño sonido que le parecía provocar un trance.
¡Lástima que no sea capaz de
hablar con las aves o los animales como lo haces tú Michi! —le dijo Iranio.
¡Qué hermoso sería hablarle a
esa ave de canto misterioso; y peguntarle algo de lo cual ella quisiera hablar;
de su vida en el bosque; de sus amores; de sus hijos; de sus sueños o de sus
penas!!
Acordóse entonces de las veces
que dibujaba con un carbón toda suerte de aves en bosques sombríos, de gruesos
troncos enervados y gigantes. Ahora ya no necesitaba dibujar porque ante tal
incomprensible y verdadera belleza se emocionaba, y en aquel amanecer, cuando
observó salir el sol por detrás de la montaña, le ocurrió aquello que ya le
había sucedido. Los colores de la aurora y el canto infinito de avecillas que
despertaban al ritmo del firmamento; le hizo caer lágrimas de gozo, pero no ese
gozo de felicidad que genera un éxito repentino, sino un llanto de dicha,
incomprensión y dolor como si estuviese viendo al mismísimo dios, al verdadero.
Cuando Michi lo miró a los ojos, Iranio disimuló su llanto como si fuese
resultado de una risa, pero su fiel amigo guardó silencio hasta que las lágrimas
se evaporaron al son de la brisa mañanera, se volatizaron, como el vapor que
generaba la fuerza para el enganche de la locomotora.
Concepción, 28 de febrero de 2022